¿Estando con tu pareja te sientes inhibido, desgastado y/o débil? Quizá el supuesto “amor” te está enfermando. Y aún te diré más, quizá podrías ser tú la persona tóxica de la relación.
El amor puede ser sano, bondadoso, respetuoso…pero también puede ser asfixiante, agobiante, tóxico y anulador y no hace falta que exista un maltrato claro para que la relación no nos esté beneficiando. El apego es como una adicción, y por ello, puede ser muy difícil, pero no imposible, superarlo.
Parece ser, que la sociedad ha normalizado ciertos tipos de conductas en las parejas que en realidad no son nada favorables para la persona y que pueden destruir totalmente el verdadero amor.
El apego insano y sin medida puede llegar a destruirnos y anularnos como seres independientes y autosuficientes que deberíamos ser.
Y es que se puede y se debe amar siendo libres, sin llegar a perder nunca nuestra esencia, nuestra personalidad, nuestros hobbies, curiosidades, talentos y, por ende, nuestro pequeño espacio personal. Se trata de no descuidar nuestro propio crecimiento, ya que podemos y debemos amar respetando el espacio y la individualidad de la otra persona.
Según Walter Riso existen 5 tipos de apego en relación a la pareja que podrían estar perjudicando tu vínculo amoroso y la inmadurez emocional es el esquema central de todo apego. A continuación, intentaré resumirte y explicarte lo mejor posible en qué consiste cada uno de ellos:
1- LA VULNERABILIDAD AL DAÑO Y EL APEGO A LA SEGURIDAD/PROTECCIÓN:
Es el tipo de apego con el cual yo me sentí más identificada y se trata de un apego que aparece por el hecho de creer que no somos capaces de hacernos cargo de nosotros mismos, según Walter Riso este tipo de personas al verse más débiles creen necesitar una persona más fuerte que les genere protección y seguridad ante la adversidad diaria que puede conllevarnos la vida.
El autor habla del apego más fuerte a causa de su naturaleza intrínseca dónde se trata de una cuestión de vida o muerte para quien lo padece y, por tanto, un tema de mera supervivencia. Parece ser, que la causa principal de este tipo de apego es la sobreprotección parental (en mi caso de mi madre) que ha podido hacerte ver que el mundo es muy peligroso. Al vernos incapaces y creer que el mundo es demasiado hostil, la persona en cuestión, se siente indefensa, hecho que la lleva a una dependencia severa que merma su libertad y su autonomía. También nos cuenta en su libro Amar o Depender que en realidad las señales de protección pueden llegar a ser muy sutiles y que solo por la mera presencia de la otra persona, uno puede sentirse acompañado/a y a salvo.
Mi consejo en este caso es que empecéis a trabajar en vosotros mismos, que creáis en vuestra propia eficacia, que toméis un poco de distancia con la otra persona, (no emocionalmente, no hay que dejarla de querer, simplemente crear el espacio personal que es preciso), que intentéis y os demostréis que podéis hacer las cosas solos, que hagáis todos los días algo que os de un poquito de miedo y que probéis poco a poco estar cada vez más ratos con vosotros mismos/as sin la necesidad de nadie que supuestamente os “salve”.
2- EL MIEDO AL ABANDONO Y EL APEGO A LA ESTABILIDAD/CONFIABILIDAD
En primer lugar, el autor comenta que es totalmente normal y saludable esperar que la relación sea estable, pero que la obsesión ante la posibilidad de una ruptura futura no lo es. Walter nos cuenta que es entonces, cuando a pesar de tener una relación nefasta o poco beneficiosa, la persona afectada con este tipo de afecto puede llegar a conformarse con que la otra persona sea sencillamente predecible y “estable”. Lo importante en este tipo de casos parece ser tener a alguien para siempre, aunque esta persona nos pueda llegar a restar en nuestras vidas, inclusive si no hay amor de por medio.
Walter explica que el patrón que se sigue en este tipo de apego es alguien que ha sido rechazado/a, despechado/a y/o ha sufrido infidelidades o pérdidas que aún no han sido solventadas como es debido. Lo define como “preferir un mal matrimonio, a una buena separación” para que no se vuelvan a repetir los sucesos del pasado que tanto nos atemorizan. Se trata del miedo al abandono y por ello, no poder soportar la idea de una ruptura afectiva.
Mi consejo en este caso, es que hagáis un análisis interno sobre la situación de vuestro matrimonio y/o relación, que anotéis los pros y los contras o lo que os resta y os suma en vuestra vida la otra persona, para ver si es cierto que estáis sujetando la relación por miedo al abandono o si realmente hay un amor beneficioso y respetuoso para ambos. Si es la primera opción hay que intentar afrontar la situación de la mejor forma posible, por vuestra propia cuenta o con la ayuda de los demás y/o de un profesional.
3- LA BAJA AUTOESTIMA Y EL APEGO A LAS MANIFESTACIONES DE APEGO
En este tipo de apego se busca el afecto y las manifestaciones de amor continuadas de la otra persona. El autor explica que la persona con una baja autoestima no cree ser merecedora de amor y que ésta se sorprende e incluso duda de las intenciones de la otra persona cuando quieren acercarse con una intencionalidad afectiva.
En este caso, dichas personas también pueden y suelen presentan el temor a sufrir, juntándose así, la creencia de no creerse dignos de amor y la necesidad de afecto continuo con el miedo a que les hagan daño. Por esta misma razón, la conquista puede llegar a ser complicada, pero no imposible. Si al final acaba dándose el romance, el apego aparece y se dispara y la adicción se solapa al nuevo amor.
Cuando alguien que padece este tipo de apego ve que la otra persona de la relación reduce sus manifestaciones de afecto, saltan todas sus alarmas de que algo malo está ocurriendo y luchan a toda costa para recuperar ese supuesto amor.
Mi consejo en estos casos es que busquéis ayuda de un profesional (un psicólogo/a) y que si no os lo podéis permitir, busquéis otras alternativas para trabajar vuestra autoestima (asistir a talleres, leer diferentes libros, pedir diferentes opiniones, informarse…) para intentar entender el problema subyacente y solventar vuestra adicción al afecto constante vivido de una forma temerosa.
4- LOS PROBLEMAS DE AUTOCONCEPTO Y EL APEGO A LA ADMIRACIÓN
En primer lugar y tal como explica Walter considero oportuno diferenciar el autoconcepto de la autoestima (aunque están sumamente ligados y no puede llegar a entenderse uno sin el otro): En el primero, se busca reconocimiento y en el segundo, amor y manifestaciones de afecto en general.
Cuando se habla de autoconcepto nos referimos a cuánto nos llegamos a aceptar tal y como somos, y por tanto, nuestro juicio de valor. Son las ideas y creencias que creemos que nos definen.
Cuando alguien no ha sido valorado/a, no se acepta a sí mismo/a y no cree ser valioso/a cree firmemente precisar de reconocimiento ajeno para llegar a aceptarse. Cuando alguien les muestra fascinación y/o admiración, la persona en cuestión, se sorprende y se aferra a aquella persona por el mero hecho de haberla hecho sentir valiosa.
El autor comenta que incluso en algunas ocasiones, la infidelidad ocurre cuando la pareja descuida este aspecto y la persona que necesita ser admirada y el nuevo admirador sienten una conexión.
Mi consejo en este caso también es que busquéis ayuda de un profesional (un psicólogo/a) y que si no os lo podéis permitir, busquéis otras alternativas para trabajar en este caso vuestro autoconocepto (asistir a talleres, leer diferentes libros, pedir diferentes opiniones, informarse…) para intentar entender el problema subyacente y solventar vuestra adicción a la admiración del otro.
5- EL APEGO “NORMAL” AL BIENESTAR/PLACER DE TODA BUENA RELACIÓN
En este último caso W.Riso nos cuenta que la cultura e incluso la psicología en algunos casos, han normalizado diferentes conductas de apego. El autor explica que la estructura social-religiosa enaltece las adicciones supuestamente inocentes que ayudan a la convivencia en pareja (por su propio beneficio), pero que el uso excesivo y el hecho de no poder renunciar a ello, puede llegar ser tóxico para la pareja.
Algunas de las formas de bienestar que pueden generar apego y que podéis leer con más precisión en su libro son:
5.1) El apego sexual
5.2) El apego a los mimos/ contemplación
5.3) El apego al compañerismo/afinidad
5.3) El apego a la convivencia tranquila y en paz
Si queréis leer más sobre el tema y conocer en más profundidad cuáles son vuestros temores y apegos, no dudéis en leer su maravilloso libro Amar o Depender.
Para acabar me gustaría recalcar que el amor es sano cuando; se crece juntos y separados, cuando toda tu energía y tiempo no recae en hacer feliz a la otra persona, sino que se reparte entre diferentes facetas de tu vida, cuando tienes en cuenta tus propios gustos y preferencias, cuando guardas tiempo para ti y para cuidarte (aunque sea una hora a la semana), cuando sigues indagando y explorando por tu cuenta y cuando sigues sintiéndote libre recorriendo el camino al lado de la otra persona.
Y recuerda: Hay amores que asfixian y deterioran el alma, no dejes que el tuyo lo haga ♥
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
RISO, W. (2008), Amar o depender. Barcelona. Editorial Planeta, S.A.
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